El punto de vista en el que se sitúa el autor de esta obra justificaría plenamente el título de Antropología Metafísica. Su objeto es el de ser viviente, pero más especialmente el hombre, y más aún su vida subjetiva, sensible e intelectual. A través del estudio de los hechos psíquicos, Verneaux muestra que la filosofía necesita de la psicología para construir una concepción del mundo. El presente estudio del hombre en su perspectiva subjetiva, sensible e intelectual podría titularse Psicología, puesto que desde el siglo XVII se designa de este modo a la ciencia del alma. Sin embargo, el punto de vista deliberadamente metafísico en que se sitúa el autor justificaría también el título de Antropología metafísica. Así situada, la obra está dividida en capítulos que tratan de los diversos fenómenos de la vida psíquica y del alma como substancia y causa de dichos fenómenos. A través del estudio de los hechos psíquicos, Roger Vernaux muestra que la filosofía necesita de la psicología para construir una concepción del mundo. Además, la psicología así concebida es uno de los pilares de la moral, pues ésta cambia según la concepción que se tiene del homhbre. En resumen, la psicología es indispensable para situar al hombre en su lugar en el universo y para responder a las cuestiones esenciales sobre la naturaleza humana y el bien.