Esta obra de Frankl presenta una imagen global, pero bien articulada del hombre. Esta obra presenta al hombre como un ser en busca de sentido, que apunta siempre más allá de sí mismo y lo conduce a una trascendencia que constituye la esencia de la existencia humana. De esta manera, se describe una imagen global y a la vez bien articulada del hombre, un retrato que deja muy atrás los modelos antropológicos inspirados en el psicoanálisis, en la teoría del aprendizaje o en el behaviorismo. El libro está estructurado en dos ensayos, El hombre incondicionado (lecciones metaclínicas) y Homo patiens (ensayo de una patodicea). Ambos nacieron de las lecciones que dio Frankl en la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena en los años 1949 y 1950, destinadas a elucidar los fundamentos de la logoterapia. Esta imagen del hombre en la psicoterapia que se discierne en estas páginas constituye una sinopsis interdisciplinar ideal para iluminar los problemas actuales y las cuestiones permanentes del ser humano.