Desde el punto de vista teológico, el tema de la tierra se ha abordado hasta ahora casi exclusivamente desde dos enfoques: desde la ética social (con respecto al tema de la propiedad, en la que también entra la cuestión de la tierra) y desde la ecología. Sin embargo, esto no significa en modo alguno que se haya tratado exhaustivamente este complejo y poliédrico tema; más aún, es posible que ni siquiera se haya explorado adecuadamente. ¿Qué perspectivas teológicas resultan cuando se adopta como punto de partida un conflicto sobre la tierra o una imagen utópica de ella? ¿Cómo relacionamos los aspectos políticos y jurídicos, por una parte, y los espirituales y teológicos, por otra? Este número de la revista Concilium ofrece unos puntos para la reflexión y quiere estimular así un estudio más exhaustivo de estos asuntos.