Se suele considerar que la noción de sujeto es una herencia de la filosofía moderna, y que ha pervivido hasta hoy gracias a la obra de pensadores como Descartes o Kant. Frente a esa perspectiva, este trabajo aspira a mostrar que el sujeto es primordialmente una noción de carácter metafísico que más tarde evolucionó hacia un sentido crítico.. Para eso se investiga en primer lugar a Aristóteles y posteriormente a Tomás de Aquino para el cual el sujeto deriva en primer lugar de la sustancia, y después se inserta en otras dimensiones del ente, originando siempre un compuesto. Así, hay un sentido antropológico y personal del sujeto según el cual se puede decir que el cuerpo es sujeto del alma, que el alma es sujeto de sí misma y de las potencias destacando la inteligencia con la cual el hombre se conoce a sí mismo y desde el conocimiento de sí, inspirado en Tomás de Aquino, el autor considera que se obtiene una clave de gran valor para superar la visión crítica y moderna del sujeto.